Tener como confidente a un pez rojo suponía de él otra cosa que esa escucha pasiva y silenciosa, por mucho que a veces creyera descubrir en la hilera de burbujas que salía por su boca un amago de respuestas a sus preguntas. (Jean-Paul Didierlaurent)
Con sal.
Pinchar sobre la foto para ver mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario